Una de las sopas frías más conocidas de nuestro país es el salmorejo. A nosotros nos gusta más que el gazpacho, porque no lleva pepino que nos sienta un poco mal. Además lo preferimos espesito, con huevo cocido y jamón crujiente. Yo no le pongo vinagre porque me parece que el tomate ya tiene suficiente acidez. Es rara la semana que no lo tomamos.
Ingredientes:
-Un kilo de tomates rojos, maduros (van muy bien los tomates pera)
-Un buen trozo de pan duro (casi media barra)
-Un diente de ajo
-Medio vaso de agua
-Un buen chorro de aceite de oliva vírgen extra
-Sal
Para acompañar:
-Un huevo
-Un trozo de jamón serrano
Yo suelo hacer el salmorejo en una batidora de vaso porque hago bastante cantidad. Además suele quedar mejor triturado.
Primero se lavan bien los tomates. Pueden pelarse o usarse con piel puesto que luego se pasará el salmorejo por el chino. Se trocean y se ponen en el vaso de la batidora.
Se corta en trozos el pan y se añade también al vaso junto con el diente de ajo, la sal y un poco de agua para ayudar a batir todo bien. Se tritura durante un rato. Luego se va añadiendo el aceite en hilo mientras se sigue batiendo hasta que emulsione. Se prueba y se rectifica de sal en caso necesario.
Se pasa por un chino o por un colador para que quede una crema fina. Se reserva en el frigo.
Para acompañar, se cuece un huevo y se trocea en pedazos muy pequeños. Se trocea también un poco de jamón serrano y se cocina en una sartén con una gota de aceite hasta que esté crujiente.
Se sirve el salmorejo en copas o vasos, añadiendo una cucharadita de huevo cocido y otra de jamón.
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