Esta receta la encontré en un blog de cocina de una salmantina, Mi mesa para tres, con recetas muy buenas e interesantes. La he modificado en alguna cosilla. Yo suelo cocinarlas para acompañar algo de carne o pescado. Pero pueden servir de primer plato perfectamente.
Ingredientes:
-Unas dos patatas por persona ( si no son muy grandes)
-2 ó 3 dientes de ajo
-Unos trozos de pan duro
-Un puñado de almendras
-Una pizca de cominos
-Una pizca de cúrcuma
-Caldo de verduras o pollo, o agua
-Aceite de oliva
-Sal
-Perejil
Se pelan las patatas y se cortan en rodajas de medio centímetro más o menos.
En una sartén o cazuela baja y amplia, se pone un poco de aceite de oliva y se doran los dientes de ajo pelados y los trozos de pan. Una vez fritos se pasan al mortero junto con las almendras (si las almendras no estuvieran tostadas, habría que dorarlas también) y la pizca de cominos. Se maja todo bien hasta conseguir una pasta.
Por otro lado, en la misma sartén, se van poniendo las rodajas de patata para dorarlas por los dos lados. No es necesario poner mucho aceite. Las rodajas se ponen extendidas sin amontonar unas encima de otras. Por eso es mejor hacerlas en una cazuela extendida.
Cuando las patatas están un poco doradas, se añade el majado del mortero, un poco de caldo o agua que las cubra, la sal y la cúrcuma. Se tapan y se deja cocer hasta que las patatas estén blandas.
Si se secaran demasiado, puede añadirse un poco más de caldo o agua y rectificar de sal. Quedan mejor un poquito caldosas porque la salsa está deliciosa y si no se comen en el momento, la patata absorbe casi todo el líquido.
Se sirven con perejil picado por encima.
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