Al final terminé cayendo en hacer pan. Tenía levadura fresca y un rato libre. Como había visto una receta de pan sin amasado en el instagram de Laura López al que ella llama "pan veloz", me puse manos a la obra.
Mi experiencia con el pan se reducía a un pan integral 100% que resultó demasiado duro. Por eso he probado este pan con harina de fuerza y luego iré añadiendo harina integral en proporción variable.
El resultado nos ha encantado. Recién hecho está muy crujiente y después, cortado en rebanadas y un poco tostado queda perfecto. Lo malo es que dura más bien poco porque está tan bueno que se come más cantidad.
-500 g de harina de fuerza
-370 ml de agua tibia
-10 g de levadura fresca o 3,5 gramos de levadura seca de panadero
-10 g de sal
-1 cucharadita de miel
Poner la levadura y la miel en un vaso con el agua templada. Mezclar hasta que se disuelva bien.
En un recipiente amplio poner la harina y la sal. Ir vertiendo el agua. Primero la mitad aproximadamente, mientras mezclamos con una espátula. Seguir añadiendo el agua hasta que se integre en la masa perfectamente, siempre moviendo con una espátula o con una cuchara de madera, sin amasar.
Una vez esté lista la masa, la pondremos sobre una fuente de horno en la que antes habremos espolvoreado harina con un colador. Yo he utilizado una fuente rectangular.
Luego la tapamos con film transparente, untado con aceite por la parte interior, porque la masa crecerá.
Tenemos dos opciones: dejar levar la masa en un sitio templado durante una hora y media aproximadamente, o meterla en el frigorífico y dejarla toda la noche.
Después del levado, volcaremos la masa con mucho cuidado sobre la bandeja del horno, tal cual está, sin mezclar ni amasar, para que no se desgasifique. Con un cuchillo o una rasqueta de panadero, haremos cortes como una guillotina, sin arrastrar. Podemos hacer cuatro barras pequeñas si hacemos los cortes en sentido vertical o dos barras más grandes si hacemos un corte en sentido horizontal.
Le damos un poco de forma a las barras, separándolas un poco. Si hemos tenido la masa en el frigo, dejaremos que se atempere una media hora. Si no es el caso, podemos hornear directamente.
Con el horno precalentado a máxima temperatura, unos 250º (o la máxima que tenga el horno), meteremos la bandeja y añadiremos un cubito de hielo en el suelo del horno para que haga vapor. Otra opción es tener un recipiente apto para horno en la parte de abajo y añadir agua en el momento de introducir el pan. Ese vapor hará que la corteza quede más crujiente.
Hornear unos 25-30 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla antes de probar.
La textura es como de chapata, muy buena.
Qué maravilla de canción la de Fetén Fetén con voz de Depedro. No paro de escucharla.
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